A menudo escucho personas cercanas a mí, quejándose no de las responsabilidades que les tocan, sino del mal ambiente que existe en el lugar donde laboran.

Si eres el dueño de una empresa, o director o jefe de departamento, te voy a hacer algunas recomendaciones que puedes seguir para mejorar el ambiente en tu trabajo.

Me parece que lo más importante es que todos los que laboran en la empresa, se sientan parte del proyecto que eso implica. Si cada uno siente que la parte que le toca hacer es importante para completar todas las partes y que todo funcione correctamente, las cosas verdaderamente funcionarán. La mentalidad de “si la empresa gana, todos ganamos” si funciona. Debemos lograr que todos los involucrados se “pongan la camiseta” y defiendan a su empresa como si efectivamente fuera propia. Si todos hacen bien su trabajo, la energía positiva fluye.

¿Cómo puedes lograrlo?
La primera recomendación es hacer juntas semanales o quincenales, por grupo o por departamento, dependiendo de la cantidad de trabajadores que sean. Las juntas unen los intereses y logran que el empleado se dé cuenta de todas las cosas que tienen que suceder en la empresa, para que él pueda cobrar un salario. En las juntas, la gente se atreve a dar su opinión sobre algún proceso o servicio, y muchas veces son buenas ideas, porque el que lo está haciendo sabe mucho más que el que le ordena. Y en ocasiones aunque la idea el jefe la mejore un poco para que efectivamente sea un beneficio,  es bueno darle el crédito al empleado que la generó, porque eso es para él y para todos los demás un incentivo, ya que pensará “si se toman en cuenta mis ideas”

Yo dirigí una empresa pequeña durante muchos años y hacíamos juntas semanales en donde todos iban exponiendo problemas o situaciones que se podían solucionar o mejorar y salían cosas muy buenas que al llevarlas a cabo, reforzábamos el pensamiento positivo del trabajador hacia la empresa. Se logró un ambiente muy agradable en donde ellos trabajaban a gusto y la empresa podía resolver mucho mejor los problemas que se presentaran, porque todos estaban dispuestos a cooperar en el momento en el que hiciera falta, ya que el sentimiento general era de “esta es nuestra empresa”

Otra cosa que hacíamos para crear un grupo amistoso, era apoyar a un equipo de football, al cual le dábamos el uniforme y ellos decidieron que se llamarían como la empresa, cosa que me hizo sentir que estaban orgullosos de formar parte de ella. También organizábamos dos fiestas al año donde disfrutaban no solo de la comida, sino que hacíamos juegos en donde todos tuvieran que participar y convivir entre ellos mejorando su relación, y además les llevábamos un grupo musical para que bailaran. Hacíamos una a mediados de año porque era el aniversario de la empresa, y una a fin de año, y esto creó la expectativa de la siguiente fiesta para la cual no había que esperar más de 6 meses, y además cualquier pretexto nos servía para un brindis o una pizza, son pequeñas inversiones que valen la pena a largo plazo.

También estaba yo al tanto de la vida de los trabajadores. Le di instrucciones precisas al encargado de la producción de avisarme de cualquier situación personal que los trabajadores enfrentaran, para poder acercarme y hacerles un comentario. Él me informaba que alguno iba a tener un bebé y yo me acercaba a felicitarlo y a desearle lo mejor durante el embarazo a ella, si fuera la trabajadora, o para su esposa, si fuera él. Si alguno se enfermaba, o se enfermaba algún pariente, si tenían alguna alegría o pena, yo siempre lo sabía a tiempo para acercarme y hacerlos sentir que estaba con ellos en todo momento. Esto no cuesta dinero y si te gana buenas voluntades.

El trabajador mexicano es muy creativo y yo lo viví de cerca en esta empresa que estaba instalada en un bodegón, donde toda la estructura estaba hecha como el juego del mecano, con piezas que se atornillan unas a otras, formando divisiones, escaleras, mesas, libreros y todo lo que hiciera falta. Al tener un ambiente tan favorable y haber ofrecido al trabajador la confianza de expresar sus opiniones e ideas, habíamos abierto una puerta a la creatividad, y cada vez que surgía alguna necesidad, ellos se las ingeniaban para desatornillar por un lado y atornillar por el otro, solucionando problemas sin hacer gastos extras. En una ocasión decidimos en la junta que se debía de cambiar todo el cableado eléctrico de las máquinas y ellos mismos me dijeron que se contratara a un electricista para hacer una parte y que dos de ellos se pegarían al trabajador para aprender lo que se debía de hacer, y para sorpresa mía, ellos se encargaron del resto, pudiendo ahorrar una buena cantidad de dinero, mejorando el funcionamiento de las máquinas.

Como muestra de lo que un buen ambiente puede lograr, te puedo comentar que en el temblor de 1985 en la Ciudad de México, se derrumbó el edificio en donde teníamos la tienda, que afortunadamente nuestro horario de trabajo comenzaba a las 9 de la mañana y el temblor fue poco después de las 7, así que no hubo tragedias humanas que lamentar, solamente la inmensa pérdida económica, porque todo nuestro inventario se encontraba en ese lugar. La tienda estaba en un segundo piso y le cayeron encima 10 pisos quedando todos ellos como sándwich uno encima del otro. Había que esperar a que los trascabos fueran sacando los escombros hasta llegar a nuestro piso y entonces meterse a tratar de recuperar lo que pudiéramos de nuestro material, y lo bueno de haber creado un buen ambiente laboral y de haberlos hecho sentir partícipes de los logros de la empresa, fue que absolutamente todos estuvieron dispuestos, primero a reducir su sueldo temporalmente quedando como adeudo la diferencia que no se les pagaba, para cubrirla más adelante cuando nos hubiéramos nivelado, y segundo, todos se ofrecieron como voluntarios para ir a buscar nuestros productos de entre los escombros.

Llegábamos a la una de la tarde, después de haber trabajado la producción de un día comenzando más temprano, y cada uno iba a buscar su casco y su pala, para excavar en busca de nuestros tesoros, y no se pueden imaginar la algarabía que se creaba cada vez que encontraban una veta con productos. No había un horario específico, la mayoría de los días nos quedamos hasta más de la una de la mañana trabajando y ninguno se quejó ni se retiró del lugar hasta que todos lo hacíamos, y debo decir, que tampoco se les pagaron horas extras, fue una contribución de patrones y trabajadores para recuperar la empresa.

En ese momento es donde me di cuenta que habíamos creado un grupo unido que luchaba por su empresa, que estaba con ella en las buenas y en las malas, de la misma manera que nosotros como patrones y dirigentes, estábamos con ellos, defendiendo sus derechos y procurando hacer un lugar agradable donde pasar sus 8 horas diarias de lunes a viernes y que no se les hiciera pesado. Cabe mencionar que con una buena organización, logramos enderezar la empresa en aproximadamente 3 meses y se les reembolsó a los trabajadores hasta el último centavo que habían prestado a la empresa con un porcentaje extra como agradecimiento y desde luego, con una comida para celebrar el regreso.

Con un buen ambiente y un buen trato al trabajador, la gente coopera con trabajos extras, con ayudar en algo que requiera de muchas manos, con ayudantes extras cuando tienes un pedido grande, con voluntarios cuando existe algún problema, y no necesariamente pagando extras. La gente en la empresa que yo dirigía, se prestaba para cooperar y además se apuraba para sacar su trabajo. Es verdaderamente sensacional cuando cuentas con un grupo de gentes cooperando en todos sentidos para que todo marche bien en el negocio.

Es mucho más fácil dirigir una empresa cuando tienes el cuidado de que los que laboran contigo se sientan a gusto y también orgullosos de su empresa. Involúcralos en las preocupaciones, en los cambios, en los errores, y después escúchalos, porque seguramente de ahí podrás sacar ideas para llevarlas a cabo y mejorar con ello la situación en el trabajo. Procura que todo fluya, organiza el lugar de manera que todo tenga su espacio y crea la responsabilidad en todos de poner siempre las cosas en su lugar, por el que venga detrás. Orden y control al mismo tiempo que acercamiento y comprensión son la clave. Que si la empresa gana, tú ganes, ellos ganen y lo celebren juntos, porque en realidad es un logro de todos…
Maca

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Maca Hernández
OrganízateYa!

México, CDMX

 

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